Hoja a hoja,
Mi mano en la tuya
Dedo entre dedo
Paso lento sobre el
crujir de las otoñales
recordar calles, caminar
recuerdos
volver al tiempo:
Tu paso, el mío
Tenemos lo suficiente
Tu mano, la mía
Dedo entre dedo
El tiempo esquivo
Pantalón gris, jumper azul,
Tu castigo, el mío
Blusa blanca, vestón azul
Una carta, mi anillo.
Despierto, hace frío
Mi ventana al jardín
Tu sueño, mi vida.
Este poema se puede leer muchas veces sin cansarte. Es agradable de leer. Tiene musicalidad, pero curiosamente, la música que me evoca es la de las hojas cayendo en otoño. Es un poema alejado de la nostalgia lacónica nerudiana y está más emparentado con la bella poesía de Nicolás Guillén o de Elicura Chihuailaf.
ResponderBorrarCada verso es como una hoja que cae y te trae un recuerdo del pasado. Un poema muy bello que provoca cosas en los que lo leen.
gracias Mauricio, es un poema tan inocente y cantor.
ResponderBorrarMe recuerda la avenida cerca de mi casa... Pisar las hojas crujientes.. Me encanta.
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