07 mayo, 2014

Políglota




Una vez finalizado el procedimiento de aterrizaje y con el alivio de estar en la losa, comienzo mi retorno al trabajo, lo primero que hago es desactivar la opción “modo avión” en mi teléfono, eso da inicio al tráfico de correos electrónicos, mensajes y llamados, cuestión que me hace salir de mi paraíso carente de tecnología en el acto, son 55 minutos exactos que dura mi nirvana y el botón “modo avión off”  lo finaliza, comienza la avalancha de mensajes; deslizo mi dedo en la pantalla para hacerme una impresión general de lo que ocurrió en tan poco tiempo, y sin sorpresa veo que todos son mensajes de cosas sin urgencia, mientras recorro la lista distingo uno, ¿la señora Carmencita?, ¿Carmencita?, ¿la señora Carmencita me envió un mensaje?, por curiosidad lo abro y leo
-          “¿Dónde está el diccionario de Inglés?”,
Me sorprendo con su mensaje, vocalizo el mensaje y al mismo tiempo pienso ¿en dónde está el diccionario? y ¿para qué lo necesita?, ¿ella también sucumbió a este desastre de los mensajes?, mientras camino por el pasillo y me dirijo a la salida de la cabina, continúo pensando que quizás alguien más lo busca y ella está ayudando a encontrarlo, me despido de las auxiliares de vuelo e interrumpo mi pensamiento del mensaje recibido, obviamente nada importante me digo, tomo mi maleta y salgo de la sala de desembarco para encontrarme con el chofer de la empresa, nos saludamos y nos dirigimos al vehículo que nos llevará a la oficina, durante el breve trayecto intercambiamos comentarios respecto del último clásico futbolístico y festinamos con el derrotado de turno, entre risas llegamos al subterráneo del edificio, descendemos del vehículo y tomamos el ascensor hasta el piso 15, llego a mi puesto de trabajo, allí está el diccionario, miro alrededor y al fondo distingo a la señora Carmen, ella está con la cabeza inclinada y entre sus manos tiene un teléfono, sus ojos permanecen fijos en la pequeña pantalla, camino hacia ella, y le digo “¡Buenas tardes Carmencita! ¿Necesita traducir algo?”, levanta la cabeza, dirige su mirada hacia mí y con voz de pesadumbre dice “no mijita, ya no es necesario, ya descubrí que significa CLEAR ALL”.